jueves, 31 de enero de 2013

ASAMBLEA DEL AÑO 13




El día de hoy se cumplen 200 años de la apertura de sesiones de la Asamblea General Constituyente y Soberana del Año 1813,congreso de diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata convocado por el Segundo Triunvirato,con los objetivos que los representantes de los pueblos libres reconocieran la soberanía del pueblo, proclamaran la independencia de las Provincias Unidas y redactaran una constitución que definiese el sistema institucional del nuevo estado; y si bien estas dos últimas finalidades no se cumplieron la asamblea estableció una importante cantidad de reformas en las nacientes instituciones argentinas.Una de las primeras medidas anunciadas por la Asamblea fue la de declarar a los diputados como del pueblo "de la Nación", y no, "de las provincias"Los diputados fueron:
Buenos Aires: Hipólito Vieytes, Valentín Gómez, Vicente López y Planes y José Julián Pérez;
Por Salta: Pedro Agrelo y José Moldes;
Por Córdoba: Juan Larrea y Gervasio Posadas;
Por Corrientes: Carlos de Alvear;
Por San Juan: Tomás Antonio Valle;
Por Mendoza: Bernardo Monteagudo;
Por Santiago del Estero: Mariano Perdriel;
Por Catamarca: José Fermín Sarmiento;
Por La Rioja: José Ugarteche;
Por Tucumán: Nicolás Laguna y Juan Ramón Balcarce;
Por San Luis: Agustín José Donado;
Por Jujuy: Pedro Vidal;
Por Entre Ríos: Ramón Eduardo Anchoris;
Por Santa Fe: José Amenábar;
Como asi tambien :
Por Luján: Francisco Argerich.
Por Santa Cruz de la Sierra: Antonio Suárez y Cosme Damián Urtubey (no se incorporaron);
Por Cochabamba: José Miguel de Cabrera y Andrés Pardo de Figueroa2 (no se incorporaron);
Por Chuquisaca: José Mariano Serrano y Ángel Mariano Toro;
Por Potosí: Simón Díaz de Ramila y Gregorio Ferreira;
Por La Paz: Ramón Mariaca (no se incorporó);
Por Mizque: Pedro Ignacio de Rivera.



Si bien la Asamblea del Año XIII no cumplió con sus dos cometidos principales que fueron la independencia y la constitucción, logró otros objetivos de gran importancia para el desarrollo de las instituciones del Río de la Plata.
Sus principales logros fueron:
Proclamó la teoría de la representación política.
Declaró el principio de la soberanía del pueblo.
Resolvió la libertad de las provincias rioplatenses.
Aprobó el uso de varios símbolos patrios:
Estableció el Escudo Nacional Argentino.
Encargó la composición del Himno Nacional Argentino.
Autorizó el uso de la escarapela argentina.
Mandó a acuñar la primera moneda nacional.


Aprobo de hecho la Enseña Patria (tras el triunfo de Salta)
Dictó la libertad de vientres de las esclavas.
Puso fin al tráfico de esclavos.
Eliminó los mayorazgos
Suprimió los títulos de nobleza.
Derogó el servicio personal de los indios: la encomienda, la mita y el yanaconazgo.
Libró a los indios de la obligación de pagar el tributo.
Abolió la Inquisición.
Suprimió la práctica de la tortura.
Quemó los elementos de tortura en las plazas públicas.
Aprobó un estatuto reglamentario que reemplazó al poder ejecutivo colegiado, el Triunvirato, por uno unipersonal, el Directorio.

miércoles, 30 de enero de 2013

ATLETICO CAMPEON DE CAMPEONES 1960


Atlético Tucuman se coronaba Campeón de Campeones del Torneo de la República un 30 de enero de 1.960 obteniendo asi su primer título a nivel nacional
Aquel equipo formó con: García; Gutiérrez y Ginel; Amaya, Graneros y Albretch, Canseco, Tejerina, Ortega, Ibarra Castillo y Ayunta. DT Roberto Santillan

SAN MARTIN VICECAMPEON DEL 1° CAMPEONATO EVITA


San Martín de Tucuman se coronaba Vicecampeon del 1° campeonato de futbol infantil Evita, organizado por la Presidencia de la Nación del General Juan Domingo Peron .
Dicho campeonato se realizo entre finales de 1949 y comienzos de 1950 , llevaba el nombre de la querida Evita como un justo homenaje a su persona por su constante preocupación por la felicidad y bienestar de la niñez y por el incondicional apoyo que presto al torneo
Hay algo que debe mencionarse y es que estos torneos "Evita" surgieron en Tucuman por inspiración de la gente de la Asociación Cultural de Fútbol (entidad hoy desaparecida que subsistió hasta la unificación del fútbol tucumano en 1977) cuyo presidente en esos días era don Manuel Lema Diputado Nacional que llevo la idea de organizar dicho torneo a la Nación en busca de apoyo económico para ser organizado por la entidad tucumana. El Ministro de Hacienda de la Nación Don Ramón Cereijo escucho la idea y se entusiasmo pero pidió que el torneo fuera organizado por la Fundación Eva Peron, para darle aun mas realce.
En Tucuman el torneo estuvo bajo la organización del Ministro de Gobierno ,Justicia e Instrucción Publica don Fernando Pedro Riera, participaron de este concurso 3000 niños de hasta 15 años pertenecientes a casi todos los departamentos de la provincia , llegando a la final Union Estudiantil de Bella Vista y San Martin , venciendo este ultimo por 8 a 2 en el partido final.
El representante tucumano viajo a Buenos Aires en los primeros dias de enero de 1950 (año del Libertador) , fue campeón en su zona tras vencer a : La Rioja (4 a 1) , Comodoro Rivadavia (2 a 0 ) , Mendoza (2 a 1) y perdiendo con Entre Rios por 2 a 1 , venciendo en la final de la zona a Mendoza por 1 a 0 . Finalista del Torneo venció a Santa fe por 1 a 0 , empato con Arsenal 1 a 1 y con Chaco 0 a 0 . En la final debían desempatar San Martin y Arsenal ambos con 4 puntos , empatando 1 a 1 nuevamente La organización del torneo declaro campeón al conjunto de Buenos Aires por "gol average". La delegación de San Martín recibiría todos los honores por parte del General Juan Domingo Peron y su señora Evita.
La delegación estuvo presidida por el Ministro de Gobierno Ramón Bustos y Alberto Valdez Paez, fueron delegados Juan Jose Rivas, Jose Javier Molina y Carlos Gallac.El entrenador fue don Roberto Santillan y el plantel estuvo formado por : Segundo Amado Gonzalez (vicecapitan) , Luis Pellasio, Bernardo Miguel Villa, Juan Geronimo Ortiz, Ernesto Figueroa, Roque Raul Celiz, Juan Rolando Rios, Juan Carlos Carol, Rolando Ramos, Lorenzo Leiva (capitan), Luis ALberto Salazar, Rene Gregorio Carugatti, Roberto Manuel Zictke , Alberto Fernando Lopez, Gabriel Menendez, Domingo Amado, Roberto Juarez y Gerardo Amante.

miércoles, 23 de enero de 2013

APERTURA DEL COLEGIO SANTA ROSA

Un 23 de enero de 1902 abría sus puertas el Colegio Santa Rosa, muchísimas felicidades en un nuevo aniversario de su fundación.
Fue fundado por doña Elmina Paz de Gallo y el Padre Ángel María Boisdron y se le dio la administración a las Hermanas dominicas del Santísimo Nombre del Jesús, congregación creada por ellos en 1886.
Sus primeras matrículas fueron habilitadas en calle Crisóstomo Álvarez 580; en 1905 se trasladó a 24 de Septiembre al 700 y hoy ocupa el edificio de 24 de Septiembre 581
En la foto: Fray Angel M. Boisdron y un grupo de alumnas del Colegio Santa Rosa - Tucumán - a principios de siglo XX

viernes, 18 de enero de 2013

INICIO DEL CRUCE DE LOS ANDES

Un 18 de enero de 1817 inició el Ejército de los Andes, el avance de sus columnas principales por los pasos de Los Patos y Uspallata. Por el primero iban las fuerzas de Soler, O´Higgins y San Martín, en ese orden y a prudente distancia.
Columna de San Martín
El grueso del ejército al mando del propio jefe de la expedición, el General San Martín, tomó la ruta llamada corrientemente Paso de Los Patos. El cuerpo estaba formado por la vanguardia al mando del brigadier mayor Estanislao Soler, el centro al mando del brigadier Bernardo O'Higgins, la escolta de granaderos al mando de tte. cnel. Mariano Necochea y la retaguardia al mando del tte. cnel. Pedro Regalado de la Plaza, que conducía la maestranza del ejército. Había varios días de diferencia entre la vanguardia y la retaguardia. San Martín fue de los últimos en partir, porque precisamente estuvo controlando lo más importante, es decir la salida en orden del ejército. O`Higgins, quien iba al centro, le escribía casi cotidianamente a San Martín, que venía uno o dos días más atrás, y le informaba sobre su marcha y la de Soler (Las cartas de O'Higgins son uno de los documentos más precisos para conocer las alternativas de la marcha del ejército a través de las montañas sanjuaninas). El cuerpo abrió la marcha desde El Plumerillo el 19 de enero de 1817, tomó por Jagüel, Yalguaraz, Río de los Patos, salvó el alto cordón del Espinacito por el paso homónimo, situado a 5.000 metros. El 2 de febrero de 1817 inició el paso de la cadena limítrofe por el Paso de las Llaretas. Esta columna tropezó con las mayores dificultades, pues fue preciso escalar cuatro cordilleras. Soler que iba adelante logró las victorias de Achupallas (4 de febrero de 1817) y Las Coimas (7 de febrero de 1817). Al día siguiente ingresaron en San Felipe.3
Columna de Las Heras (18 de enero de 1817)
El avance por el Paso de Uspallata y el valle del Río Mendoza, se inició el 18 de enero de 1817, conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso paso de Los Patos. A cargo de las tropas de 800 hombres, se hallaba el brigadier Juan Gregorio de Las Heras, siendo su segundo el mayor Enrique Martínez. Entre los hombres destacados que lo acompañaban, cabe destacar al fray Luis Beltrán. Tras vencer en los combates de Picheuta, Combate de Potrerillos y Guardia Vieja, pudieron ingresar en Santa Rosa de los Andes, el día 8 de febrero de 1817. En la misma fecha, se produjo la reunión con la división principal que el día anterior había salido victoriosa en la acción de Las Coimas.3
Con el objetivo de dividir a las tropas enemigas, San Martín ordenó primero el avance de parte de las tropas por los pasos de Come Caballos, Guana, Portillo y Planchón. Estos no eran los pasos elegidos para las columnas principales, sino que los dos primeros se hallaban al norte y los últimos al sur de los realmente seleccionados, que eran los que ya habían sido analizados por José Antonio Álvarez Condarco, o sea, los pasos de Uspallata y Los Patos. Era un avance en varios sectores, en un frente de más de 2.000 kilómetros, a través de una gigantesca cordillera. Con esto se pretendía distraer a las fuerzas realistas de Chile que no sabían en definitiva por donde arribarían, y los obligaba a dividir sus fuerzas.
Columna de Cabot (12 de enero de 1817). Juan Manuel Cabot era tucumano
La columna del tte. cnel. Juan Manuel Cabot salío de San Juan el 12 de enero de 1817 y tuvo por objetivo tomar La Serena y el puerto de Coquimbo. En la San Juan fue reforzado con una partida de 80 milicianos. La división tomó por Talacasto y, Pismanta y escaló la cordillera por el Paso de Guana. Logró reunir 800 hombres, reclutados en Albardón, Talacasto, Hualilán, Jáchal. Luego de promover la insurrección en la región chilena y vencer a sus oponentes, el 15 de febrero de 1817 entró triunfante en Coquimbo.
Columna de Freire (14 de enero de 1817)
Por el Paso del Planchón pasó la fuerza del tte. cnel. chileno Ramón Freire, quien partió el 14 de enero de 1817 desde Mendoza, siguió por el camino de Luján, San Carlos y San Rafael, llegando el 1 de febrero al Paso del Planchón por el que franqueó la cordillera. Su objetivo consistió en tomar las ciudades de Talca y Curicó, a unos 200 kilómetros de Santiago. Para ello contaba con 100 soldados argentinos, de los cuales 80 eran de infantería y 20 de caballería. En territorio chileno logró reclutar voluntarios que se sumaron a la lucha. Cuando entraron a las ciudades chilenas ya eran unos 2.000, e impidieron que los españoles que estaban en Santiago pudieran recibir desde el sur refuerzos de algún tipo.
Columna de Zelada (15 de enero de 1817) En esta columna , al mando de un tucumano fue el contingente enviado por Belgrano desde la provincia de Tucuman
Por el extremo norte, el ejército del general Belgrano cooperó, destacando un contingente de 80 milicianos y 50 infantes dirigidos por el tte. cnel. Francisco Zelada y el capitán Nicolás Dávila. El 5 de enero salieron de Guandacol, desde donde pasaron a la Laguna Brava, efectuando la travesía de la cordillera principal por el Paso de Come-Caballos y bajaron directamente sobre Copiapó, ciudad que fue ocupada sin lucha el 13 de febrerode 1817. La guarnición escapó hacia el sur, aunque más tarde sus jefes fueron arrestados.
Columna de Lemos (19 de Enero de 1817)
El destacamento del capitán José León Lemos fue el último en partir y el más pequeño, sólo lo integraron 25 soldados del cuerpo de blandengues y 30 milicianos del sur de la provincia de Mendoza. Su misión consistió en cruzar a Chile por el Paso del Portillo y sorprender a la guardia del fuerte de San Gabriel, la que se componía de 6 fusileros y 20 milicianos realistas. San Gabriel se encontraba en el Cajón del Maipo, a pocas leguas al sur de Santiago, la capital de Chile, y este ataque haría pensar que el grueso de la ofensiva podría venir por allí y que el destacamento de Lemos sería sólo la vanguardia de un ejército más numeroso. Lemos practicó el cruce por la cordillera por el boquete de Piuquenes pero las malas condiciones del tiempo le impidieron copar la fuerza realista y así ésta pudo escapar, lo que no importó ya que su objetivo era precisamente causar alarma e inmovilizar tropas al sur de Santiago. Posteriormente, Lemos se reunió con el resto del ejército.

miércoles, 16 de enero de 2013

2° COMBATE DE SAN LORENZO

UN 16 de enero de 1846 se producia el Segundo Combate de San Lorenzo .
Nuevamente el lugar iba a ver brillar la armas argentinas en contra de un invasor, esta vez la escuadra anglo- francesa que habia logrado pasar en la Vuelta de Obligado
Después de combatir con la escuadra anglo-francesa en el Paso del Tonelero el 9 de enero de 1946, Mansilla se dirigió hacia San Lorenzo donde ubicó 8 cañones ocultos entre la maleza, 250 carabineros y 100 infantes sobre las barrancas del río Paraná, esperando la llegada del convoy que continuaba navegando río arriba.
Al mediodía del 16 de enero aparecieron el vapor HMS Gorgon, la corbeta Expeditive, los bergantines Dolphin y King, y dos goletas armadas, que trasportaban en total 37 cañones de grueso calibre e iban acompañados por 52 barcos mercantes.1
Al llegar a San Lorenzo, la Expeditive y el Gorgon hicieron disparos a bala y metralla sobre la costa para intentar descubrir las fuerzas de Mansilla, que había ordenado a sus tropas permanecer ocultos en sus puestos.
Cuando todo el convoy se encontraba frente a la posición de las fuerzas argentinas,en la angostura del rio, Mansilla ordenó abrir el fuego de las baterías comandadas por los capitánes José Serezo, Santiago Maurice y Alvaro de Alzogaray. El ataque fue certero y, en poco tiempo, los buques mercantes escaparon desmantelados hacia arroyos cercanos.
A las cuatro de la tarde el combate todavía continuaba cuando el viento de popa envió a las embarcaciones hacia el norte hasta aproximarse a la zona conocida como punta del Quebracho. Allí Mansilla reconcentró sus fuerzas y batalló hasta la caída de la tarde dejando el convoy aliado con importantes daños en los buques de guerra, con pérdidas considerables en las mercaderías y con 50 hombres fuera de combate. El contralmirante Inglefield, en su parte oficial al almirantazgo británico informó que;
[...] los vapores ingleses y franceses sostuvieron el fuego por más de tres horas y media; y apenas un solo buque del convoy salió sin recibir un balazo [...]
Por su parte, las pérdidas del bando argentino fueron casi insignificantes.y Mansilla pudo decir con propiedad que habíale tocado el honor de defender el pabellón de su patria en el mismo paraje de San Lorenzo que regó con su sangre San Martín al conducir la primera carga de sus después famosos Granaderos a Caballo.
A pesar de haber sido diezmada, la flota anglo-francesa continuó río arriba donde reunificaría fuerzas. Meses mas tarde, no encontrando posibilidades de mantener la supremacía naviera, emprendió el retorno, encontrando nuevamente a Mansilla en la angostura del Quebracho el 4 de junio.
La victoria en esa batalla le dio el triunfo definitivo de las fuerzas argentinas siendo el final de la expedición colonialista de la escuadra anglo-francesa.

domingo, 13 de enero de 2013

YRIGOYEN, LA REPUBLICA DOMINICANA Y LA SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA

Yrigoyen , Republica Dominicana y la solidaridad americana.
Un 13 de enero de 1920 ocurría uno de los momentos mas hermosos dentro de la historia de la diplomacia Argentina.
El 24 de mayo de de 1919 fallecía en Uruguay Amado Nervo poeta y diplomático mexicano a cargo de la representación de su país ante a Argentina y Uruguay , el presidente uruguayo Baltasar Brun dispuso que el cuerpo fuera llevado a México en el crucero Uruguay , Hipolito Yrigoyen mando de escolta al Crucero 9 de Julio .
Ya de regreso el buque argentino debía tocar puerto en República Dominicana que llevaba 4 años de invasión por parte de los EEUU. LLego el 13 de enero de 1920 y al llegar a puerto la nave argentina no hizo el saludo característico de 21 cañonazos, consultado el capitán de fragata Francisco Antonio de la Fuente, por las autoridades civiles este dijo:"Tengo ordenes del presidente de la Republica Argentina de saludar el pabellón nacional", las ordenes habían sido claras: "Id y saludad al pabellón dominicano en reconocimiento a su independencia y soberanía".. Efectivamente en los edificios ondeaba la bandera de EEUU país invasor.
Las memorias dicen que los pobladores cosieron de apuro con grandes trozos de tela la bandera dominicana, y que la izaron en el torreón de la fortaleza; el 9 de Julio respondió con una salva de veintiún cañonazos. El pueblo se lanzó a las calles, olvidando las prohibiciones impuestas por las tropas de ocupación. ¿Cómo actuaron éstas? Los delegados pidieron instrucciones a Washington y ese mismo día recibieron una sensata y conciliadora respuesta: responder los saludos con las salvas de práctica.
En 1921, el Congreso de las Juntas Patrióticas reunido en San Pedro del Macoris, envió un mensaje de agradecimiento especial a Yrigoyen, y al recuperar la completa independencia en 1925, la ciudad de Santo Domingo honró al presidente argentino imponiéndole su nombre a una calle céntrica.

MUERE BAZAN FRIAS

Un 13 de enero de 1923 moria Bazan Frias
Se llamaba Andrés Bazán Frías, (a) “El Manco” –en sus tiempos de delincuente-, (a) “El Gaucho” –en su sobrevida como uno de los tantos santos milagreros populares de Tucumán y de cualquier otro lugar del mundo-.
La Policía lo buscaba con ahínco y sabía que se reunía con otros maleantes en una suerte de pulpería de las inmediaciones de avenida Colón y Mate de Luna. Era cierto. Allí, cuando aparecía, Bazán Frías buscaba reclutar “hombres de coraje –decía-, que me ayuden a concretar mi sueño: asaltar la penitenciaría (cárcel) y darle la libertad a todos mis amigos”. Pensamiento clave, éste, para entender que Bazán Frías tenía grabado en su cabeza el anarquismo.
El caluroso 13 de enero de 1923, una comisión policial encontró una casucha, cerca de lo que hoy es Güemes y San Lorenzo. Era un aguantadero, donde había varios maleantes a los que la partida policial sorprendió y arrestó. Uno logró eludir a la ley: era Bazán Frías, a la sazón el enemigo público número 1. Tiro va, tiro viene, perseguido y perseguidores llegaron al parque Avellaneda. Los gruesos y frondosos árboles sirvieron de escudo a los contendientes.
Lo mató la Policía sobre la tapia Norte del cementerio del Oeste.
Esa noche fue velado por su padre, el policía Félix Bazán, en el propio cementerio del Oeste, pero al otro día lo enterraron en el cementerio del Norte, el campo santo de los pobres. Allí su tumba sigue aún, aunque con menos adhesiones, recibiendo el tributo de los favorecidos por sus “milagros” y el pedido de aquellos que buscan su ayuda. En los bolsillos de su saco negro, de gabardina, se encontraron un crucifijo, un escapulario y una medallita de plata, con una imagen borrosa que habría sido de la Virgen del Valle. También una copia de la Orden del Día policial donde se ordenaba su captura.
Dijeron las rezadoras y lloronas –en esos tiempos las había-, que Bazán Frías no se arrojó al interior del cementerio y ese lapsus de duda permitió la llegada de la Policía y su consiguiente muerte, porque al mirar hacia donde debía saltar se encontró con los fantasmas de sus víctimas, en especial el espectro del sargento de policía José Figueroa al que había ultimado, dicen que alevosamente, con cuatro certeros disparos de su inseparable revólver.
Tras su muerte llego su inmediata entronización como “santo” capaz de hacer volver amores perdidos, acertar a la quiniela, aprobar un examen, curar culebrillas, disfunciones sexuales, el mal de ojo o un “gualicho”. Su fama fue desvaneciéndose con el paso del tiempo, tanto en lo delictual como en lo milagrero. Bazán Frías sigue siendo un nombre conocido, pero sin certezas y, mucho menos, interés entre la gente.
Vale la pena pues refrescar la memoria de los mayores y contar a los menores sobre el delincuente-santo, un estereotipo de los bandidos de comienzos del siglo pasado que “no robaban para sí, sino para ayudar a los pobres”.

sábado, 12 de enero de 2013

BELGRANO PARTE RUMBO A SALTA

Hace 200 años , un 12 de enero de 1813 el general Belgrano partia de Tucuman rumbo a Salta, al frente de un ejército de 3.ooo hombres .Luego de la batalla de Tucumán, Belgrano se abocó a la reorganización, instrucción y reclutamiento de nuevos efectivos, para mejorar la situación de su ejército.
El Segundo Triunvirato, integrado por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte, decretó honores, el 20 de octubre de 1812, a los vencedores de Tucumán, desde el general hasta los soldados, con distintivos para la tropa y escudos para los oficiales, confiriéndole a Belgrano el título de capitán general, cargo que no aceptó. Posteriormente la Asamblea le otorgó 40.000 pesos como premio, que él destinó a la dotación y sostenimiento de cuatro escuelas.
Buenos Aires reforzó el Ejército del Norte con 25 artilleros, con el Regimiento 1 de Infantería al mando del teniente coronel Gregorio Perdriel, y con 300 hombres del 2 de Infantería al mando del teniente coronel Benito Alvarez; se alcanzó así un efectivo de 3000 hombres. También en ese tiempo, se incorporó a la oficialidad Juan Antonio Alvarez de Arenales. Ese día la partida exploradora de caballería alcanzó Yatasto; el batallón de Cazadores y el número 2 rompieron la marcha, seguidos al día siguiente por el Regimiento N° 6 y al otro, los Pardos y Morenos, la artillería y el Batallón N° 1; detrás, el tren y el Regimiento de Dragones Ligeros de la Patria.En Salta estaban atrincheradas las tropas de Pío Tristán luego de la derrota del 24 de Septiembre en Tucumán.

jueves, 10 de enero de 2013

FALLECE FRAY MAMERTO ESQUIU

Un 10 de enero de 1883 fallecía Fray Mamerto Esquiu, hombre religioso que intervino en política y periodismo sin miedos , alguna vez escribió :No escribir ni publicar aquello que no se pueda sostener como caballero.
Su recuerdo mas importante quizá pase por el famoso "Sermón de la Constitución" discurso encendido en defensa de la Carta Magna , aunque esta iba en contra de sus ideas. La Constitución de 1853 daba libertad de cultos, y en la católica Catamarca se reunieron para rechazarla al momento de la jura , le pidieron que diera un discurso y el contra lo que todos preveían insto a defender La Constitución y las autoridades por arriba de las diferencias siendo finalmente interrumpido pro un cerrado aplauso y la aprobación de todos los presentes. Este discurso fue luego publicado en cada provincia.
Falleció y su corazón se mantiene incorruptible.
A continuación reproducimos el famoso discurso.
SERMÓN PRONUNCIADO EN LA IGLESIA MATRIZ DE CATAMARCA CON MOTIVO DE LA JURA DE LA CONSTITUCION NACIONAL
Fray Mamerto Esquiú
Laetamur de gloria vestra[1]
(“Nos alegramos de vuestra alegría”)
9 de Julio de 1853

Señores:
Ni las grandes calamidades, ni los grandes bienes son jamás apreciados bastantemente por la mirada tan reducida de nuestro entendimiento: sólo es una base, cerrada por el tiempo y el espacio, la que descubrimos, quedando el fondo de la cosa, y sus efectos, y su encadenamiento con los demás seres abismados en la elevada cima que encierra los misterios de la naturaleza, y en que se preparan las realidades del porvenir. ¿Quién jamás ha abarcado, ha podido valuar la grandez y el número de los males que trae una guerra? ¿Quién conocerá los desastres que producen en todo sentido, y tendrá bastante fuerza para seguir los horribles y prolongadísimos canales por donde vierte hasta un dilatado y remotísimo porvenir sus horrores y sus calamidades, y esa fuerza de destrucción y de muerte? Por esa misma ley de impotencia, es, señores, que no podemos tampoco apreciar debidamente la grandeza de ciertos beneficios, que concede a los hombres la Providencia conservadora y reparadora del humano orden: a más de los bienes que en semejantes casos se derraman en los individuos de la muchedumbre y que se transmiten a los de la posteridad, debían tenerse en cuenta los males de que ellos y los presentes se libran, los males, señores, en que es tan horriblemente fecundo el género humano. Yo considero que estamos en posesión de uno de esos beneficios incalculables en su profundidad y en su extensión: si nosotros que hemos pasado por las más grandes angustias, que hemos vivido uncidos al carro de los tiranos, que no hemos sentido más que alegrías frenéticas, ni más placer que los placeres feroces de la venganza y de la ira, nosotros estamos bajo la influencia de uno de esos acontecimientos de grandor inmenso, de inapreciable beneficencia. Mi vista recorre los tres siglos de nuestra vida de civilización y desde que aparecíamos encadenados al ibérico, cuando rompimos sus cadenas, y cantábamos nobles y heroicos triunfos, y el mundo entero resonaba del grito que daban los libres de América, destrozando innobles cetros y quebrando la dura lanza de nuestros opresores, sacudiendo sucesivamente la doble ignominia de colonos y de siervos, jamás hemos sido tan grandes, jamás nos rodeará un hecho que reúne tantos bienes, que arroje una gloria más positiva, y nos prometa más dichas, que el que hoy motiva nuestra alegría, y nos hace postrar agradecidos ante el Dios de las naciones. Un Gobierno, que en vez de cetro, tiene en la mano la Carta de nuestros derechos y cuya persona se anonada ante la ley y sus deberes, cuya única base es la justicia.
He aquí, señores, este inmenso beneficio de que hablo, y que me propongo explanarlo en la manera que pueda. Lo haré, señores, para que lo apreciéis y apreciándolo se conserve: estadme atentos.
La existencia de los Gobiernos, de la autoridad que anuda como quiera que sea los lazos sociales, es un hecho inevitable, que ni los sacudimientos más recios, ni la fuerza disolvente de la demagogia, en la altura de la civilización, y en la abyección del estado salvaje, nada lo destruye, ni puede alejarlo siquiera, en el hombre hay sumisión, y hay autoridad, porque es esencialmente social; y como quiera que al hombre le sea concedida la tremenda facultad de extraviarse, pero no le ha sido dada la de aniquilarse en su nobilísima naturaleza, de un ser con amor y con conocimiento, su libertad tiene términos en el orden moral, y también en el orden físico: si se quiere en la historia de la humanidad no se ofrece un fenómeno más constante, que el de una fuerza que tiende a la destrucción de ese poder, como hay en lo subterráneo, esa pujanza que conmueve nuestros continentes: por los embates del orgullo individual contra la liga nacional en un solo poder, ¡cuántos afectos no ofrece la vida de la humanidad en la extensión del globo y en la prolongación de los tiempos! Dividida en un millón de fracciones que varían hasta lo infinito, por el temperamento, por su situación, por el predominio del espíritu o de la materia en una escala inmensa, por la explosión múltiple de variadísimas combinaciones, circunstancias, necesidades, variedad de latitudes, de civilizaciones, de formas en todos los aspectos, un abismo, señores, de variedades... Y sin embargo, no hay situación, no hay estado, jamás están juntos tres hombres, en cualquier punto de la tierra, que no descuelle entre ellos el poder, la autoridad que manda; toca el hombre degradándose los términos que lo separan del bruto..., ni ciencia, ni costumbres, ni habitación que lo defienda de las destempladas estaciones, sus pocas necesidades satisfechas por un puro instinto animal, y no obstante allí veréis gobiernos: las hordas del desierto, ora vaguen por los bosques, oran estén de acecho en nuestros caminos, las preside su cacique, que manda y que gobierna como cualquiera otra autoridad: el asiático se diferencia del demócrata europeo, como se opone una afirmación a la negación, y ambos engendran por rumbos opuestos ese poder público que los conserva. Si en un momento de inexplicable frenesí se aúnan los hombres para conculcar todo gobierno y se presentan las masas, sin más guía, ni cabeza que su furor individual, en el momento mismo saltan como un rayo las convenciones, las dictaduras, que con la irresponsabilidad del más fiero déspota, guillotina, despedaza, impone un yugo que aterroriza con horrible espanto, y consultando nuestra historia contemporánea, el momento de las agonías de nuestros Gobiernos, no era sino el síntoma de un cambio en que por una horrible transformación, el poder sería la dictadura de un hombre sin conciencia y astuto que nos chupa la sangre y nuestros derechos sin piedad. Es decir, señores, que la existencia del poder público es un hecho inevitable, que se destaca de todos los puntos en que se coloque el hombre, que va con él a todas las latitudes, y que sube y se perfecciona con la virtud y la civilización, y va a buscar en sus abismos al salvaje degradado: es la sombra de la sociedad que la sigue en todas partes.
Ahora bien, si es esto una ley irrecusable, un hecho invencible, ¿qué hay de nuevo, señores, en que el 5 de marzo se inaugure un presidente en la República Argentina? ¿Y que este hecho lo califiquemos como el más venturoso, que registraremos en nuestra historia de colonos y de libres, para que lo reputemos un beneficio de valor y trascendencia incalculables? Oíd, cuando erais colonos, erais sociales, y por lo tanto había sobre vosotros el poder público; pero un poder público, que había absorto al nacional, y que en vez de ser un sostén, un protector, el fundamento de vuestros bienes, era el explotador de toda nuestra nacionalidad en beneficio propio. Debiendo surgir y estar en el seno de vosotros, como que erais verdadera y cumplida sociedad, fuisteis arrebatados de vuestras propiedades más caras, llevados de tristísima transmigración a formar los escalones de un trono a quien no sirvieron nuestros padres, y cuyos actos gubernativos en la travesía de todo el Océano, se convertían en resortes de provecho individual; erais la presa de la ambición y de la codicia, que explotaban vuestro territorio, vuestras riquezas, vuestras personas, mientras que vuestros derechos yacían aherrojados y condenados a eterno silencio: es decir, señores, que el Gobierno español era para nosotros una verdadera calamidad, y tan tremenda, que sólo por una calamidad mayor podía destruirse: tal es la que comenzamos a arrostrar con pecho de bronce el año de 1810. ¡De qué horrores no ha sido testigo el Sol de Mayo! ¡Cuánta sangre, y cuántos crímenes no han brotado nuestros corazones! La patria quedó tendida en el suelo, plagada de hondas heridas, que maleficiadas con el calor de la anarquía y de la rebelión se han convertido en un cáncer pestilente que hacía caer a pedazos el cuerpo de la sociedad argentina; nos quedó por único resultado la feroz manía de destruir, sin más política, que la de pulverizar toda entidad política, y crearnos con nuestras mismas manos, un poder horrible, a más de déspota, un tirano que había socavado todo nuestro republicanismo: cuarenta años después de trescientos más se han dividido entre la anarquía y el despotismo, entre la acción contra los Gobiernos y la reacción de un abuso de poder. Un justo medio, señores, una transacción equitativa y honrosa entre las grandes necesidades y los grandes derechos, y los intereses más vitales, he aquí el hecho por el que nos cumple hoy felicitarnos cordialísimamente.
Un Gobierno que se establece sobre el establecimiento inconcuso de nuestros derechos en la Constitución fundamental del país y un Gobierno que recae en la persona de nuestras mayores obligaciones, tal es lo singularmente plausible de este hecho.
Para los argentinos que hemos probado en tan horrible manera el amargor del absolutismo, nada difícil debe sernos presentir las ventajas de un Gobierno, que no es meramente un hecho necesario, sino una emanación de la ley y de la justicia; pero semejante maravilla, reduciéndome a nuestra actualidad, no podría verificarse sino bajo la influencia de un héroe de virtud y patriotismo.
Cuando la divina Providencia concede este beneficio a los pueblos, ved el aspecto que ellos ofrecen en su política; mas para que lo percibáis, contrastémoslo con el de un pueblo que soporta su Gobierno con antelación a la Constitución y garantía de sus derechos; en este caso la persona en quien se expresa el poder público, tiene tan vasto campo al poder de su autoridad, cuanto él mismo se quiere señalar en el horizonte de sus dominios, y esto lo hace o con perpetua arbitrariedad, o dictaminando a la vez leyes estables, pero que siempre asientan sobre una palanca que los vuelca a discreción del príncipe: en el primer caso tenemos un déspota en todo el rigor de la palabra, en el segundo está él mismo en embrión que paulatinamente va desarrollándose, engrandeciéndose hasta tanto que desaparece todo su aspecto de autoridad social, y queda nada más, que un grandísimo personaje, en cuyo alrededor vienen a condensarse para bien de él y de sus hijos todos los bienes que brotan de la sociedad: el labrador suda para los reyes, el militar sirve a su ambición y conquistas el literato se afana en mantener siempre embalsamada su atmósfera, y a una seña de ojos van gratuitamente a la muerte los malhadados ciudadanos, que en vida no salieran de la arca que ocupaban sus cuerpos.
La historia, señores, y la revelación nos avisan de consuno, que los reyes son una calamidad de los pueblos. Como un castigo de su dureza de corazón, concedió el Señor, un rey al pueblo de Israel, que se lo pedía con impía tenacidad. “Haz lo que ellos dicen, ordenaba Dios a Samuel, pero diles primero el derecho del rey que los ha de mandar; tomará vuestros hijos, y los pondrá para que gobiernen sus carros, los hará labradores de sus campos, y segadores de sus mieses, se apropiará lo mejor de vuestras viñas y olivares, y diezmará el producto de vuestras mieses, vosotros seréis sus siervos, y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey”. Consultad ahora lo que enseña la historia, y vuestro corazón gemirá a la contemplación de las ruinas que hacen en la humanidad esos gobiernos absolutos: aquí levantan pirámides, que en su mole imitan la naturaleza, allá inmensos palacios, que hacen ventaja a las ciudades, sin más trabajo de su parte, que el querer; aquéllos llevan la guerra a todo lo conocido, emprendiendo conquistas, que cuestan millones de vidas, sin más fruto, que el que el conquistador sentado en un altísimo trono, vea de hinojos a los hombres allá hasta donde el horizonte los oculta; los otros pueblan desiertos horrorosísimos de millares de familias sacrificadas a su política suspicaz. ¿Y qué queréis, señores? Si el pueblo cayó en un letargo de muerte por efecto de su disolución y este advenedizo llena cruelmente esa ley de la existencia de los Gobiernos; pueblo ha venido a ser una propiedad suya, sin más recurso para esto que la paciencia, nada más que el duro recurso del sufrimiento: porque si se me señala la rebelión como un remedio de ese mal, ved que esta es una calamidad mayor que todos los tiranos y que con ella no se haría más que tocar someramente la desgracia, quedando íntegra cuando no aumentada para que la ponga en juego un sucesor cualquiera; a más de que si los pueblos, han de caminar por la noble senda de lo justo y de lo recto, jamás podrán tocar esa persona que, abusa de su poder, sin poner manos sacrílegas a la autoridad que se funda en el derecho natural, y que importa romper el nudo que liga en un manojo toda la sociedad; sería un crimen de lesa patria. Ved ahí, señores, la tremenda situación de un pueblo prevenido por el hecho –Gobierno–; la horrible expiación de sus desórdenes anárquicos, el duro y prolongado martirio a que se halla condenado; pero que en justo homenaje a la divina Providencia, se soporta con valor su padecimiento bajo la influencia de la religión, es cierto a la luz filosófica e histórica, que ese pueblo mejoraría, y poco a poco entraría en el deseadísimo punto, en que se concilian los grandes derechos y las grandes necesidades, combinando en la mejor proporción posible la balanza del poder, y la inviolabilidad de otros derechos igualmente sagrados. Cuando un pueblo se coloca en esa situación, es entonces que yo he dicho, que sus legítimos intereses, y su noble libertad han prevenido al Gobierno, y ya la sociedad comienza a irradiar en todo sentido las clarísimas preciosidades con que la dotara la Providencia. Se asemeja al sol que atraviesa los cielos con rápida y ordenada carrera, derramando la luz, la fecundidad, el bienestar por todas partes, y disolviendo de paso las nubecillas que levantan desquiciados vapores.
¡Argentinos! ¿Veis esa luz tenue pero tranquila, que se levanta sobre vuestro magnífico Plata, y que va a reflectarse en las nieves de los Andes? ¿oís ese rumor que viene desde el santuario de vuestros legisladores, suave, melodioso, como los gorjeos de los pajarillos en la madrugada? ¡Os anuncio que eso es la aurora del bellísimo día, que os preparó la Providencia en galardón de vuestros inefables padecimientos! Dios había verificado en el fondo de la República Argentina un solemne reposo, como quiera que su faz haya conservado las huellas de la turbación, así como algunas olas rugen en la superficie de las aguas después de pasada la tempestad, y al favor de esa calma dichosa, protegida por un héroe de patriotismo se han consagrado en el augusto templo de la razón, nuestras leyes y nuestros derechos. Removidos los escombros de la tiranía, se han puesto los fundamentos inmobles de nuestra sociedad regenerada: esta es la ley, esto es lo justo hemos dicho, y han venido las cosas y las personas a amoldarse en ese molde sagrado. Las bases del Gobierno no son el apiñamiento de todas las personas, de todas las vidas, de todos los intereses, que haría el trono de un dictador, sino las mismas garantías del ejercicio de nuestras facultades, el uso libre y cumplido de todos nuestros derechos ese es el único camino de llegar al recinto de la autoridad; este derecho existe, porque existen los nuestros; aquél se desenvolverá en una vasta órbita, cual necesite, pero sin menoscabar la en que se desarrollan los nuestros, y del movimiento libre de aquél y de los nuestros, resulta ese todo regular y armonioso, que hace la magnífica ilusión de los pueblos modernos, que contienen más bellezas y encantos que cuanto hay en la naturaleza; esta es la gran realidad, es la que con valor incontrastable buscaban los héroes de la Independencia, el que habla en nombre de ella, habla en nombre de la patria y de la única verdadera libertad, por quien suspirábamos tantos años, y en cuyos altares inmolaban sus vidas nuestros mayores: cuando ésta existe aparece todo lo bueno de que es capaz el hombre en la tierra; cuando ella desaparece, se desquicia, se rompo y cae con espantoso ruido el edificio social.
Ved ahí la grandiosa perspectiva de vuestra organización, que esencialmente consta de sus leyes y del poder público que las hace ejecutar, respetad uno y otro, sofocando pasiones mezquinas de antipatías personales, y espíritu de partido. Sed justos, y Dios que es la vida de todas las cosas, la dará muy larga y gloriosa a nuestra amada patria. Dios bendiga la República Argentina y a su dignísimo presidente y vicepresidente constitucional(es)